martes, 21 de abril de 2009

Amarti

Si disponen de dinero y quieren ir a un restaurante italiano, Amarti es el lugar. Ubicado en el parque de Usaquén (Calle 119 N° 6-24), Amarti es un restaurante con una variada carta de platos que van desde carnes, hasta ensaladas, pasando por pastas, arroces, pescados, sopas, antipastos, postres...en fin, hay que sentarse con tiempo y leer con juicio la carta que está en italiano, y su correspondiente traducción al castellano.

Amarti tiene una terraza de unas 5 mesas y adentro, es como un convento subterraneo. Me siento como si estuviera 15 metros bajo tierra (y admito que nunca he estado en un convento), pues el sitio es bien oscuro y aislado del mundo exterior. En alguna ocasión previa estuve en Amarti, y en ambas ocasiones, sentí a la entrada al sitio, la agradable sensación de que en el aire se respira un olor a pasta...que lejos de ser molesto, es un anticipo de lo que viene.

La primera vez que estuve en Amarti pedí el salmón ahumado y la verdad me gustó mucho. Fue hace mucho tiempo y no me acuerdo cómo era ni con qué venía. Esta vez me fijé el precio y costaba $33.000 pesos colombianos M/Cte (15 dólares de los Estados Unidos aproximadamente). Tal vez es el salmón más costoso que he probado y aunque no recuerdo muy bien lo que sentí, sí sé que no me disgustó. Si no estoy mal, viene acompañado de un puré de papas.

Esta vez estuve con Pa-Pa y ordené una cazuela de pescado que costaba $18.000 (cerca de o dólares de los Estados Unidos). Ellos también ofrecen una cazuela de pescado con mariscos, cuyo precio no pregunté, pues me dio miedo que el mesero me dijera $40.000 o algo así. Ja.

Tenía altas expectativas por este plato, pues siempre he escuchado buenos comentarios del restaurante, y no me decepcionó. Llegó un poco caliente, pero la verdad es un plato delicioso, con una generosa cantidad de pescado, bien condimentado y bien presentado. Este plato costó $18.000 pesos colombianos (aproximadamente 9 dólares de los Estados Unidos) y pienso que el precio está bien, considerando no solamente el plato que tenía al frente, sino también los precios de los demás platos.

Analizando todo el restaurante en su conjunto, y considerando que por ahora no conozco mucho de la movida gastronómica bogotana, me parece que Amarti es un gran restaurante, uno de los mejores en los que estado.

La primera vez que fui Amarti estaba lleno, no le cabía una persona. Esta vez estaba vacío cuando llegamos, pero se fue llenando con el pasar del tiempo. En ambas ocasiones los meseros fueron decentes...ni displicentes ni intensos. Además los platos no se demoraron mucho tiempo.

En cuanto a los postres, la primera vez pedí la fruta de la temporada...era papaya y durazno acaramelizadas....extraño el postre. Esta vez pedimos una focaccia con arequipe y mozarella. Cuando lo trajeron, me sorprendió pues parecía una pizza...es muy grande, pero eso sí: delicioso! Deberían advertir que es al menos para cuatro personas. Claramente no lo pudimos comer todo, así que tocó pedir que por favor empacaran lo que nos sobró de postre. En realidad era muy grande.

Finalmente, estimo que Amarti, considerando la especial atmósfera que tiene, la calidad de la comida y la variedad de los platos que ofrecen - incluyendo los postres -, obtiene cuatro estrellas de cinco posibles.

Creo que lo puedo recomendar a ciegas. Eso sí, advierto que es un poco costoso, me parece que los precios de algunos platos están sobrevalorados, pero igual no me dolería pagarlo, como sucedió con el salmón, así que por favor vayan preparados para gastar buen dinero por muy buena comida, pero cuando se trata de alimentar el alma, pues vale la pena.

Saludos.

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